EL ROL DE LA CULTURA EN EL DESARROLLO DE LA AGENDA 2030

Conmemoración del 70 Aniversario de la OEI

La Organización de los Estados Iberoamericanos – Paraguay y el Centro Cultural Juan de Salazar presentan el conversatorio titulado “El rol de la cultura en el desarrollo de la agenda 2030” con el objetivo de llevar a cabo una reflexión sobre el papel de la cultura, en el desarrollo de los programas institucionales, para lograr la consecución de la Agenda 2030.

En el marco de la nueva agenda mundial de desarrollo; los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), adoptados en septiembre de 2015 por las Naciones Unidas, aúnan los esfuerzos de los organismos internacionales y los gobiernos nacionales por construir una humanidad más justa.

Los ODS consagran un cambio en el concepto de desarrollo, que trasciende a la mera noción de crecimiento económico, para idear un futuro prometedor basado en la equidad, la inclusión, la paz y la sostenibilidad del medio ambiente, en donde la cultura tiene un papel protagonista.

Si agrupamos los ODS en torno a los tres pilares fundamentales del desarrollo sostenible –el económico, el social y el medioambiental– nos percatamos de que la cultura desempeña un papel transversal en todos ellos. A su vez, los aspectos económicos, sociales y medioambientales del desarrollo sostenible contribuyen a salvaguardar el patrimonio cultural y nutrir la creatividad.

El patrimonio cultural –tanto el material como el inmaterial– y la creatividad son recursos que se deben gestionar y proteger cuidadosamente. Los dos pueden ser elementos impulsores y facilitadores de la consecución de los ODS, cuando las soluciones con un enfoque cultural garantizan el éxito de las actividades realizadas para alcanzarlos. Los beneficios generados por la cultura tienen un efecto acumulativo en las sociedades.

La salvaguardia y la promoción de la cultura son dos fines de por sí y, al mismo tiempo, otros tantos medios para contribuir directamente a la consecución de muchos ODS: lograr ciudades seguras y sostenibles, fomentar el crecimiento económico y el trabajo decente, reducir la desigualdad, detener la degradación del patrimonio cultural, lograr la igualdad de género y promover sociedades pacíficas e inclusivas.